ENTREVISTA CON SU SANTIDAD EL DECIMOSEXTO GYALWA KARMAPA

UNA ENTREVISTA PERSONAL CON SU SANTIDAD EL DECIMOSEXTO GYALWA KARMAPA, RANGJUNG RIGPE DORJE
La siguiente conversación tuvo lugar en el centro de meditación Karma Triyana Dharmachakra, localizado en Woodstock, Estado de Nueva York, en 1980, durante la tercera visita del Karmapa a Estados Unidos. En este número de MANDALA se incluyen las partes de esta entrevista que resultan significativas tanto para los budistas como para aquellas personas que están interesadas en seguir un camino espiritual oriental pero tienen contradicciones de carácter cultural debido a su formación como occidentales.
La traducción al ingles es de Ngodup Tsering Burkhar y la versión Española de Miriam Cotes Benítez.

Pregunta: Esta es su tercera visita a Estados Unidos. ¿Hay algún aspecto que le gustaría comentar sobre su visita o sobre las posibilidades de crecimiento del Dharma en Estados Unidos?
Su Santidad: La responsabilidad de un maestro es dar siempre las enseñanzas, sin tener en cuenta el tiempo. Algunas veces es adecuado enseñar porque la gente tiene tiempo libre. En otros casos no es tan adecuado porque la gente está ocupada o no tiene interés. Sin embargo, un maestro no debe basarse en consideraciones de tiempo o espacio y siempre debe dar las enseñanzas. Ya sea que haya pocas personas o miles de ellas, el Dharma debe continuar sin preocuparse del éxito y sin desanimarse. El Dharma debe trascender las apariencias de tiempo y espacio.
Hay momentos en que debido a consideraciones temporales o a lo que hemos logrado, creemos que ya no tenemos que practicar o escuchar las enseñanzas. Ese no es el camino del Dharma. En el sendero del Bodhisattva, uno siempre tiene que seguir adelante. Mientras se beneficie asi sea una sola persona, se deben dar las enseñanzas.
En lo que se refiere al crecimiento del Dharma no solamente en Estados Unidos sino en cualquier lugar del mundo, se trata de una responsabilidad individual, de cada uno de los practicantes. Tiene que ver con la comprensión adecuada del Dharma, con el respeto a la verdad del Karma o ley de causa y efecto. Uno respeta las enseñanzas y entiende que son algo que uno debe practicar y preservar. Si las personas no respetan la verdad de las enseñanzas o la verdad de la ley de causa y efecto -que es también la verdad de las enseñanzas- el Dharma no crecerá.
Pienso que uno de los principales problemas que enfrentan los practicantes del Dharma en Occidente es la contradicción entre el deseo de obtener la realización completa en una sola vida y la obligación de trabajar. ¿Cómo puede un occidental manejar esta situación vital y a la vez recorrer el camino del Mahamudra en forma efectiva? Se dice que es posible hacer meditación en acción. ¿Podría aclarar este punto?
Durante muchas vidas hemos estado atrapados en la existencia samsárica debido a la fascinación que tenemos por nuestros hábitos. Continuamente nos vemos compelidos a reproducir o mantener los hábitos que vienen del pasado. Sin embargo, en esta vida y como fruto de las acciones virtuosas que hemos realizado en otras vidas, tenemos cierto grado de conciencia. Nuestra conexión con el Dharma implica un cierto grado de despertar. Una vez nos conectamos con el Dharma y logramos un nivel de comprensión, desarrollamos un sentido de dirección, es decir, empezamos a saber a dónde quremos ir. Es como si uno quisiera ir a California. Primero averigua si hay un tren que lo lleve allí. Esa es la comprensión. Después siente la necesidad o la urgencia que tiene de llegar a California. Enseguida hay que subirse al tren. Un ser humano puede tomar este tipo de decisiones. Una vez que uno ha abordado el tren, la posibilidad de llegar a California se hace más grande. Puede que algo suceda en el camino y uno no llegue a California tan rápido como quisiera. Sin embargo, la posibilidad de llegar a California sigue existiendo. Uno no ha llegado pero el sentido de dirección persiste, uno sabe que puede llegar.
Con las bendiciones del Dharma sucede algo similar. Aunque uno no alcance la realización en una sola vida, las bendiciones continúan. Cuando uno quiere ir a California, es optimista respecto a la posibilidad de llegar allá. Lo mismo sucede en el Dharma. Las bendiciones siguen aunque uno no alcance la iluminación en esta vida. Si uno tiene un sentido de dirección, en el Bardo sucede lo que se podría llamar el encuentro de la madre y el hijo. En el Bardo uno tiene la oportunidad de entender, realizar y utilizar las bendiciones del Dharma y, para decirlo de alguna forma, reconocer a la "madre". En ese estado uno puede experimentar la Clara Luz e iluminarse. Las enseñanzas lo garantizan. Es posible lograrlo.
¿Aunque las personas estén atrapadas en el Samsara, pueden mantener la ecuanimidad y obtener la realización del Mahamudra?
Sí es posible. Tiene que ver con la confianza que se tenga en las enseñanzas. Si se tiene una confianza total en ellas, la realización no depende exclusivamente de las prácticas formales. Si se tiene una dedicación y una confianza plena en las enseñanzas, cualquier situación de la vida es una práctica. Es posible vivir la práctica en lugar de hacer la práctica. No obstante, entre menos confianza tenga uno, más se separa del Dharma.
Parte del entrenamiento del linaje Kagyu es el retiro de tres años y tres meses. ¿Podría explicar cómo se relaciona este retiro con los occidentales quienes en general estamos más orientados hacia la actividad y no consideramos práctica una empresa de esas características?
Durante el retiro de tres años se hacen muchas meditaciones y prácticas de mantras. Sin importar cuán ignorante sea una persona, se garantiza que el retiro proporciona una experiencia razonable de las enseñanzas. En el retiro se hacen tanto las prácticas preliminares como las principales. Cuando uno hace estas prácticas existe la garantía de una cierta experiencia. Ahora, si una persona tiene una gran sabiduría y capacidad de penetrar en las enseñanzas, puede experimentar la realización sin necesidad de hacer el retiro de tres años.
¿Cree usted que un occidental puede llegar a ser un maestro cualificado de budismo?
Creo que es muy importante que los occidentales se apropien del Dharma y dejen de ser dependientes. Tengo confianza en que vamos a ser capaces de entrenar occidentales para que se conviertan en maestros cualificados.
Usted es la cabeza visible de un linaje muy importante, el gurú de miles de personas. A veces existen concepciones erradas acerca de lo que es un gurú. ¿Podría explicarnos qué es un gurú?
Le diré, más bien, lo que un gurú no es. Un gurú no es alguien que está interesado en la fama, en el reconocimiento, en el dinero, o que ante la gente se disfraza con las cualidades que debe tener un maestro, es decir, se pone la máscara del Dharma y vive de las apariencias sin ser sincero, y que cuando está solo es muy distinto, es decir, necesita y desea lo mismo que cualquier persona o aun más. Es prejuiciado, egoista, lleno de estados mentales negativos. En él no se ha dado ninguna transformación. Desafortunadamente, en esta época con frecuencia ocurren cosas asi, lo cual es contraproducente para los caminos espirituales. Confunde a las personas acerca de quién es un verdadero gurú y quién no lo es. En muchos casos, las personas encuentran un maestro verdadero pero no pueden relacionarse con él debido a que previamente se han encontrado con personas como la que he mencionado. En esta época encontrar un gurú auténtico es muy difícil. Si uno encuentra un amigo espiritual, un gurú, debe constatar que se ayuda tanto a sí mismo como a los demás. También es necesario darse cuenta de si esa persona puede ayudarlo a uno. En la ápoca actual, una persona que pueda ayudarlo a uno, puede considerarse un amigo espiritual.
Las verdaderas cualidades de un gurú son su deseo de ayudar a los demás y su capacidad de hacerlo. También se puede ser gurú a diferentes niveles. Se puede ayudar a las personas de diferentes maneras. Existen diversos niveles de fuerza y sabiduría para llegarle a las personas. Es muy difícil especificar las cualidades de un gurú. No obstante, se podría concluir que un gurú o un amigo espiritual es aquel que sin ningún egoismo beneficia a todos los seres por igual.
¿Su Santidad tiene algún mensaje en especial que le gustaría transmitir a sus discípulos, algún consejo para estos difíciles tiempos?
La gente debe darse cuenta de que la práctica del Dharma es un asunto serio. Es una preciosa oportunidad que se tiene en este momento y que no se había dado antes. El tiempo de que se dispone para aprovechar esta oportunidad es muy corto y esto la hace aun más preciosa. Cuando uno encuentra el Dharma en su vida, puede decirse que se trata de un momento histórico, de una piedra angular. Para poder valorar esta oportunidad es necesario comprometerse con el Dharma en forma sincera. De otro modo, la oportunidad puede irse, hacerse cada vez más lejana, lo cual sería muy desafortunado. Es como cuando se meten en un barril unos pedazos de cristal ordinario junto con un diamante. Si se les deja allí mucho tiempo, se llenan de polvo y no es posible distinguir el diamante de los pedazos de vidrio. En cambio, si se saca el diamante del barril y se le coloca en un pedestal de oro donde le dé la luz, es posible apreciarlo, ver que se trata de un diamante y no de un pedazo de cristal ordinario. LLegar a comprender esto es muy importante.
Ahora, cuando uno estudia y practica el Dharma en forma sincera, es necesario respetar otras escuelas y religiones. Dentro del budismo mismo, mucha gente dice que el Mahayana es mejor que el Hinayana o viceversa. Eso no tiene nada que ver el Dharma. Es una visión equivocada.
En el caso de los países occidentales es muy importante respetar las religiones que han prevalecido alli por siglos. Estas religiones han jugado un papel muy significativo en las vidas de las personas. Si uno va a practicar una religión, no debe basarse en el rechazo a otras religiones. Uno es libre de elegir la religión o práctica que quiere, pero su elección no puede implicar la negación o el rechazo sectáreo de otros caminos espirituales.
No obstante, dado que los individuos son libres para elegir su camino, deben comprometerse con una práctica y un maestro en particular y hacerse merecedor de ellos, aprovecharlos. Tener una relación estable con un maestro y una enseñanza es un factor decisivo para alcanzar la realización. La iluminación no se alcanza con base en los prejuicios o el sectarismo. Pero si uno va donde un maestro y estudia y practica un poquito y luego va donde otro y hace lo mismo, no va a progresar. Desde esta perspectiva, entonces, es vital relacionarse con una línea particular de enseñanzas y prácticas.
¿Considera que el entrenamiento en una religión estable es un buen fundamento o base para alguien que después decide seguir el camino budista?
En la medida en que las religiones tengan una orientación espiritual son beneficiosas. No obstante, todas las religiones plantean caminos distintos. De nuevo quiero insistir en que el respeto por todas las escuelas es importante, ya sea que se trate o no del budismo. Cuando se escoge un camino, debe tenerse una experiencia significativa en mente. Es como si uno prueba algo ácido. Para saber que es en verdad ácido es necesario experimentarlo. Cualquiera que sea la práctica que uno haga, debe hacerlo hasta el punto en que pueda experimentar su esencia. Experimentar una enseñanza es muy importante y por eso uno debe relacionarse con una práctica en particular. Una de las principales razones por las cuales se hacen críticas a las enseñanzas es porque en general las personas son impacientes y confusas y van de un lado a otro tratando de relacionarse con diferentes enseñanzas, se enamoran de ellas y quieren obtener resultados rápidamente sin tener una comprensión profunda o experimentar lo que dicen las enseñanzas. Van de un lado a otro esperando que algo suceda, le dedican tiempo a la práctica, poco tiempo, y quieren logros inmediatos. Cuando se trata de unas enseñanzas y un camino auténticos, las cosas no suceden asi como asi. Toma tiempo. Las enseñanzas Mahayana, por ejemplo, exigen mucho en términos de sinceridad, de compromiso, de autenticidad. No tienen efectos instantáneos. No es tan fácil. Cuando la gente procede en la forma que he descrito, critican las enseñanzas y dicen que no valen la pena, sin tener bases ciertas para sus críticas. Su actitud insana no produce ningún beneficio, es dañina tanto para ellos mismos como para los demás. Se les ponen obstáculos a las personas que están tratando de conectarse con una enseñanza y eso constituye un gran problema.
Junto con la devoción por el estudio, la práctica y la apertura sincera debe mantenerse otra actitud. Se trata de evitar los juegos políticos, de poder, es decir, tener un comportamiento externo bondadoso cuando internamente uno no se ha transformado. Tanto interna como externamente debe ofrecérsele a los otros toda la amistad de que uno sea capaz y, al mismo tiempo, hacer la práctica. Uno debe respetar a los otros y vivir su propia vida, hacer la práctica en forma adecuada.
Es necesario tener confianza y sentido de compromiso con las enseñanzas, poder entregársele al maestro. Esto es muy importante pero no es nada fácil. Lo que quiero decir es lo siguiente: la gente entra en el sendero del Mahayana esperando obtener una iluminación instantánea, sin tener que comprometerse con las enseñanzas, ni respetarlas, ni confiar en ellas. Este es un grave malentendido. Si uno se compromete con las enseñanzas en forma sincera, si se tiene una confianza genuina en ellas, es posible experimentar los resultados. Si uno no tiene confianza se está engañando a sí mismo. Ser paciente también es muy importante, pero entre más confianza se tenga, más rápido se puede obtener la realización e incluso es posible iluminarse en una sola vida. Vale la pena ponerle energía. Si uno no tiene plena confianza pero práctica lo suficiente también es posible alcanzar un cierto grado de realización. Hay casos de monjes que han hecho sus prácticas pero que aparentamente no tienen nada de especial, hasta cuando se mueren y se quedan tres días sentados en posición de meditación. Si uno no se realiza en esta vida, es posible tener en el Bardo la oportunidad de realizarse y recoger los frutos de lo que ha hecho en esta vida.
Otro punto al que me gustaría referirme es a la necesidad que la gente tiene de trabajar y mantenerse a sí mismos. Cuando uno tiene la actitud iluminada, es responsable con la gente que lo rodea, con el país en que vive. Uno debe ser respetuoso con sus padres, vivir una vida decente, digna, que haga honor a las tradiciones, que sea aprobada por la sociedad, por la familia y por uno mismo. Para servirle al país, es mejor ser decente que andar involucrado en toda clase de luchas por el poder. Como practicantes del Dharma no tenemos que rechazar o negar la política, pero tampoco necesitamos involucrarnos en ella.
Trabajar en un hospital, por ejemplo, es una buena manera de darse cuenta de la responsabilidad que hay que tener para ayudar a los otros, pero lo mismo ocurre con cualquier trabajo. Uno debe ayudar a su país, a su gente, sin esperar todo el tiempo que el país lo ayude a uno. Eso es parte de la práctica del Dharma. No trabajar es eludir una responsabilidad. Si uno practica el Mahayana quiere decir que tiene algo de lo que puede sentirse orgulloso, algo que vale la pena, algo por lo cual ser decente.
Mucha gente va por ahí como si fueran vagos. Eso no está de acuerdo con las enseñanzas. Uno no debe andar vestido de harapos, sucio, como si fuera un drogadicto. No es una forma apropiada de presentarse. Es falta de respeto con uno mismo y con el Dharma que está practicando.
El mensaje que me gustaría dejarle a los practicantes del Dharma es que deben ser dignos tanto interna como externamente. El camino del Dharma tiene que ver con la decencia, con el respeto. ¿Cómo se puede servir a los demás si nuestra apariencia es la de seres que la sociedad ha descartado? Al presentarse en forma descuidada, no se está siendo responsable ni se está reflejando la actitud iluminada. Para practicar la actitud iluminada, se debe atraer a la gente, de tal forma que cuando lo vean a uno digan: "Esa es una persona decente, creo que puedo relacionarme con ella, quizás me pueda ayudar". Nuestra apariencia debe ser la de alguien que es capaz de ayudar o por lo menos dar una orientación. Si uno va por el mundo vistiendo harapos, sucio, produce una mala impresión de uno mismo, del Dharma y del país donde uno vive. Espero que este mensaje les llegue a todos ya sen budistas o no. Lo digo en forma muy sincera, sin máscaras, sin diplomacia.
Si uno es íntegro y sincero puede servirle a los seres y si trabaja para el Dharma tiene la oportunidad de ayudar a mucha gente. En eso consiste la grandeza de las enseñanzas y la práctica del Mahayana. No hay que excluirse de la comunidad, de la sociedad o de la familia. Hay que tener dignidad. ---

From: Mandala No. 3 (1992)

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